jueves, 25 de noviembre de 2010

40 años del suicidio de Yukio Mishima

Notimex

Considerado el novelista más importante del siglo XX en su país, Yukio Mishima, se suicidó hace 40 años, el 25 de noviembre de 1970, tras haber dejado un importante legado. El aniversario de su muerte ha sido recordado por sus miles de admiradores en todo el mundo, aunque ha pasado practicamente desapercibido en Japón.

Nominado tres veces al Nobel de Literatura, Mishima manifestaba en sus obras su profundo pesar por la esterilidad espiritual de la sociedad japonesa de la segunda mitad del siglo XX.

Según la crítica, aunque siempre cultivó una estética moderna, ésta no hacía otra cosa que sugerir el mito antiguo.

Mishima, cuyo nombre real era Kimitake Hiraoka, nació en Tokio, Japón, el 14 de enero de 1925. Desde pequeño estuvo obsesionado por el espíritu del samurai, tradición a la que su familia pertenecía, y, más tarde, por la muerte.

En 1947 se graduó en Derecho por la Universidad Imperial de Tokio y durante un tiempo trabajó en la administración pública, pero pronto la abandonó para dedicarse de lleno a las letras.

Durante la Segunda Guerra Mundial intentó enlistarse en el ejército, pero fue rechazado. En 1944 publicó su primer libro, un volumen de cuentos. Su primera novela, Confesiones de una máscara, publicada en 1949, es una pieza autobiográfica centrada en el despertar de su homosexualidad.

La obra de Mishima analiza los problemas de la generación de posguerra, además de que narra las variaciones que puede tomar el instinto de autodestrucción, entre ellas el horror por la vejez, la fascinación por la muerte y el deseo de alcanzarla con el ser amado.

Información disponible indica que tenía una forma de ser casi desagradable y que desde su adolescencia estuvo obsesionado por violentas fantasías que narró con detalle en sus obras.

Algunas de ellas tienen un profundo tono autobiográfico y reflejan su pasión por el masoquismo y la preocupación por el físico.

Fue un experto en las artes marciales y en 1968 fundó un club privado, en el que reclutó a más de 100 jóvenes dedicados a la recuperación del “Bushido”, el antiguo código de honor samurái.

Mishima defendió siempre el retorno a las ancestrales virtudes de sus antepasados, además de que la fascinación por la sangre, la muerte y el ritual es una constante en toda su obra.

En 1952 hizo un largo viaje por América y Europa, y seis años después se casó. En 1959 se estrenó Kinjuki (Colores prohibidos), primera pieza butoh, que exploraba el tema de la homosexualidad y terminaba con la muerte por asfixia de un pollo vivo entre las piernas del actor Yoshito Ohno, y Hijikata persiguiéndole en la oscuridad.

Se trataba de un trabajo no nacido de una investigación corporal ni de una técnica, sino del dolor y de la tristeza más profunda. No física, sino emocional. La obra indignó a la audiencia y provocó la expulsión de Hijikata del festival en que la obra se estrenó. No obstante, la producción literaria de Mishima llegó a ser tan conocida en el extranjero que en 1968 estuvo a punto de obtener el Premio Nobel.

En la cumbre de su carrera, intentó llamar la atención de la opinión pública japonesa con sus ideas heroicas y patrióticas pero no tuvo éxito. Así, el 25 de noviembre de 1970 decidió acabar con su vida sometiéndose al ritual samurai “seppuku”, con un corte profundo en el estómago.

Ese mismo día, el autor entregó su última novela: El mar de la fertilidad.

Entre sus obras destacan Caballos desbocados, La corrupción de un ángel, Nieve de primavera, Lecciones espirituales para jóvenes samuráis, Confesiones de una máscara, El rumor del oleaje y El marino que perdió la gracia del mar. Además de Sed de amor, Seis piezas no, El pabellón de oro, Después del banquete, Madame de Sade, El templo del alba, Mi amigo Hitler, Música, La perla y otros cuentos y El mar de la fertilidad.

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