sábado, 22 de mayo de 2010

En torno al bullyng homofobico : ¿Una educación libre?

por Oscar Samanamud León


“Artículo 2°.- Toda persona tiene derecho: A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole”.

Este enunciado está contemplado en la Constitución Política del Perú, sin embargo en la práctica no siempre se cumple. Tal vez, que distinta hubiese sido mi vida de conocer bien mis derechos en la época escolar.

Mis papás optaron por inscribirme en el colegio en el que habían estudiado los hombres de la familia (tíos, primos, abuelo), colegio Marista, que para la época (finales de los 80) era el mejor colegio de Huacho.

De pequeño fui un chico gordito, callado, muy tímido, tenía un amigo con el que andaba de un lado al otro. Poco a poco mi círculo de amigos “creció”, de tener un amigo, ahora éramos cinco, que ni bien tocaba el timbre del recreo, nos juntábamos y nos sentábamos a conversar sobre las clases, sobre algún dibujo animado o simplemente comer. Así de simple y tranquila era nuestra vida en esas épocas.

Cuando entramos a secundaria las cosas cambiaron, 1994 fue un año que no olvidaremos. Ingresamos a segundo año de secundaria, y aires de cambio se avizoraban en el colegio, siempre eran curas italianos los que se encargaban del colegio (Director, subdirector, profesores de religión, música, literatura). Ése año, se presentó una nueva directiva, todo pasaba a manos españolas, quienes impusieron un nuevo ritmo en el nivel de enseñanza, dieron de baja a muchos profesores “antiguos” dando cabida a sangre nueva.

Entre esta ola de españoles “innovadores” llegó el Hno. Félix Saeta y Gutiérrez, flamante subdirector académico, un hombre desaliñado, de frente amplia, regordete, de barba y lentes, quien no conforme con estar en su escritorio, se dedicaba a dictar clases de Razonamiento Verbal a nivel secundario.

Este personaje sin querer marcó mi vida, la vida de mis amigos, y estoy seguro que de algunas personas más.

Para esa época, mis amigos y yo éramos de un rendimiento regular bastante aceptable, nunca tuvimos problemas por conducta conflictiva o faltas continuas, disfrutábamos del deporte (voley, natación, básquet) al aire libre y si bien es cierto, andábamos juntos de un lado a otro, no le ocasionábamos mal a nadie. Sin embargo, Saeta se encargó de hacernos un seguimiento digno de la KGB, indagó con compañeros de clase, preguntó a profesores y según su “diagnóstico” nuestras actitudes no correspondían a las de un “hombre”.

Recuerdo claramente que una mañana de invierno entró al salón y delante del profesor de turno, y de todo el salón, nos pidió a los cinco que nos pusiéramos de pie y dio la orden de que no podíamos estar juntos dentro del colegio, ni fuera de él, y exigió a nuestros compañeros que le avisaran si es que nos veían juntos. Hubo un silencio sepulcral en el aula en ese momento, nadie dijo nada, y nosotros totalmente avergonzados, rojos, pidiendo que tocara el timbre de salida para desaparecer, con miedo y con una extraña sensación de culpabilidad, pero sin saber bien porque.

Unos días después me llamó a su despacho para hacerme un interrogatorio intimidante, absurdo y vergonzoso. Cosas cómo si me vestía de mujer, o si me gustaban los hombres, si me masturbaba con frecuencia o si mi papá conversaba conmigo o si era muy apegado a mamá fueron las cosas mas saltantes que recuerdo. Al salir de su despacho, temblaba, porque al final me dijo algo así como que el sabía el número de casa y que si mi actitud no mejoraba, se vería forzado a hablar con ellos. Que sensación tan terrible.

Por una semanas, entre los cinco ni nos dirigíamos la palabra. En el salón, nos mirábamos de lejos, teníamos mucho miedo a Saeta, inclusive sentíamos cierto temor de nuestros compañeros de aula, quienes por cierto se convirtieron en sus informantes y fue peor porque gracias a esa “prohibición”, algunos empezaron a molestarnos e inventar historias absurdas sobre nosotros y nuestro comportamiento.

Así anduvimos un par de meses, pero poco a poco nos dimos cuenta que no teníamos de que tener miedo, porque en el fondo no le hacíamos daño a nadie, cumplíamos con nuestras tareas, no llegábamos tarde ni faltábamos a clases y nuestras notas eran bastante aceptables. Así que, primero fueron las llamadas, de ahí las salidas y para finales de 1994 de nuevo nos reuníamos a la hora del recreo para conversar y matarnos de risa, pero esta vez, con la frente en alto y siempre mirando a Saeta, quien por cierto, ya no volvió a recriminarnos nada, pero su fastidio e incomodidad eran bastante notorios.

Cuando regresamos al colegio en el 95, sólo éramos tres ahora, dos se retiraron del colegio. Recuerdo que llegamos con algo de temor el primer día. Pero nuestra emoción fue muy grande al enterarnos que el Hno. Félix Saeta y Gutiérrez se había ido, la congregación decidió cambiarlo.

Ahora bien, el colegio como espacio de socialización, influye en el desarrollo integral de los y las adolescentes, y los maestros son los llamados a lograr una intervención positiva en la construcción de su sexualidad y afianzamiento de su identidad. Sin embargo la discriminación por orientación sexual en los colegios se refleja en el rechazo, en la burla y la violencia. Lamentablemente, el colegio de por si es un organismo “hetero”. Es por eso que cuando los y las adolescentes son identificados públicamente como gays o lesbianas o simplemente como “diferentes”, esa identificación arrastra una carga negativa para ellos.

Según el artículo 9 inciso A de la Ley General de Educación, uno de los fines de la educación peruana es formar personas capaces de lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, espiritual, y religiosa, promoviendo la formación y consolidación de su identidad, autoestima y su integración adecuada y crítica a la sociedad.

Es por eso que la educación libre de discriminación es necesaria para contribuir al desarrollo de nuestro país, resultaría interesante plantear un programa educativo basado en la no discriminación por orientación sexual e identidad de género, ya que contribuirá a la construcción de instituciones democráticas tolerantes y a la solución de conflictos sociales de manera coherente y bajo principios de igualdad y respeto.

martes, 18 de mayo de 2010

Los Condenados : En mi país mi sexualidad es un crímen

Ellos son homosexuales, nacieron y viven en Yemen, en Uganda, en Granada...países donde su sexualidad esta condenada por la ley. El periodista francés Philippe Castetbon los contactó a través de Internet, les piddió un auto-retrato y un texto personal, palabras de temor e ira

Aquí pueden verse algunas fotos tomadas del libro «Les condamnés» ( Los Condenados) , junto con los textos escritos por cada uno de los retratados y el texto de la ley que condena la homosexualidad en su país..
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domingo, 9 de mayo de 2010

¿Hay animales gay?

por JOHN MOOALLEM - © 2010 The New York Times Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia (ElPais.com)


Todo empezó en una colonia de albatros de Hawai. Un estudio descubrió que muchas parejas estaban formadas por dos hembras. La sorpresa obliga a los biólogos a revisar muchos juicios ¿naturales? Ya hay documentada actividad homosexual en 450 especies.

El albatros Laysa es un ave marina con una envergadura de alrededor de dos metros y pico amarillo. Cada noviembre, una pequeña colonia se reúne en un lugar llamado Kaena Point, a los pies de una cadena volcánica que domina el Pacífico en la punta noroeste de Oahu, Hawai. Cada ave ha pasado los seis meses anteriores a solas, volando sobre el océano hasta Alaska, y ahora vuelve al criadero para reunirse con su pareja. Los albatros pueden vivir hasta 70 años y suelen emparejarse con la misma ave cada año durante toda su vida. Su índice de divorcios, como lo llaman los biólogos, es uno de los más bajos de todas las aves.

Cuando visité Kaena Point en otoño comenzaban a llegar las primeras aves. La colonia cuenta con unos 120 albatros que crían allí. Poco a poco, van llegando todos y buscan entre la multitud al otro albatros concreto con el que quieren volver a acoplarse.

Una vez juntas, las parejas copulan e incuban un solo huevo durante 65 días. Se turnan: un ave tiene que permanecer en el nido mientras la otra se va a pescar y a comer durante semanas enteras. Las parejas se arreglan mutuamente las plumas y exhiben unos elaborados rituales y comportamientos de apareamiento. "Como los humanos", me explica Marlene Zuk, una bióloga que ha visitado la colonia. "¿Todas esas cosas empalagosas que hacen las parejas, que dan náuseas a todos los demás menos a ellos dos? Las aves hacen lo mismo". Vi muchas parejas juntas, vientre contra vientre, arqueando los cuellos y las cabezas de tal manera que formaban un corazón. Hace unos años, en un discurso que pronunció en Oahu como primera dama estadounidense, Laura Bush elogió a los albatros por emparejarse de por vida.

Lindsay C. Young, una bióloga que estudia la colonia de Kaena Point, me dice: "Se suponía que eran símbolos de la monogamia: un macho y una hembra. Pero yo no estoy tan segura de que lo que estemos viendo sean macho y hembra".

Young se dedica a investigar los albatros de Oahu desde 2003; la colonia fue el tema de su tesis doctoral en la Universidad de Hawai, Manoa, que completó la primavera pasada. Durante el trabajo para su tesis, Young y una colega suya descubrieron, casi por casualidad, que la tercera parte de las parejas de Kaena Point estaban formadas, en realidad, por dos hembras, no un macho y una hembra. Los albatros Laysa son una de las innumerables especies en las que los dos sexos tienen un aspecto prácticamente idéntico. Resulta que muchas de las parejas de hembras, tanto en Kaena Point como en una colonia que la colega de Young estaba estudiando en Kauai, llevaban juntas -según los datos de los biólogos- cuatro, ocho, e incluso, diecinueve años. Las parejas de hembras incubaban huevos juntas, cuidaban a las crías y vivían, en general, como lo que se podría llamar parejas hetero.

Young nunca usaría la expresión "parejas heterosexuales". Y está categóricamente en contra de llamar a las demás aves "lesbianas". Para empezar, las parejas del mismo sexo parecen hacer todo lo que hacen las de machos y hembras, excepto copular, y Young no está muy segura de si eso las hace técnicamente lesbianas o no, ni se siente muy cómoda opinando sobre ello. Además, es una cuestión que para ella no tiene ninguna importancia, no tiene nada que ver con su investigación. "Lesbiana", dice, "es un término humano", y ella -una científica diligente y cuidadosa que empieza a labrarse un nombre en su campo- está empeñada en utilizar el lenguaje más aséptico posible y resistirse a cualquier atisbo de antropomorfismo.

Un descubrimiento como el de Young puede desorientar de forma apasionante a un biólogo y naturalista; siempre que se lo tome en serio, cosa que no ha solido ocurrir. Están documentadas hasta el momento diversas formas de actividad sexual entre miembros del mismo sexo en más de 450 especies de animales, desde el flamenco hasta el bisonte. Un koala hembra puede empujar a otra hembra contra un árbol para montarla. Y es sabido que los delfines macho del Amazonas se penetran unos a otros en sus orificios de aire. Pero en la mayoría de las especies, el sexo homosexual está documentado sólo de manera esporádica. Estas observaciones, cuando se incluían en los artículos científicos, solían añadirse como mera curiosidad, y no como materia legítima de investigación. Los biólogos suelen catalogar estos episodios como anécdotas aisladas en un elegante universo darwiniano en el que todas las facetas de la conducta de un animal están orientadas hacia la reproducción. Un primatólogo aventuró que el verdadero motivo por el que dos orangutanes macho se hacían felaciones mutuas era una cuestión de nutrición.

Sin embargo, en los últimos años, cada vez hay más biólogos que examinan con objetividad la sexualidad homosexual en animales y adoptan un enfoque verdaderamente científico. Para Young, la existencia de tantas parejas de albatros hembra suscitó una cadena de preguntas cada vez más complicadas. Una de las más delicadas, al parecer, fue cómo se supone que debe hablar un científico de estas cosas, dado lo dispuestos que hemos estado todos a tergiversar las vidas sexuales de los animales para convertirlas en alegorías de las nuestras. "Esta colonia contiene literalmente la mayor proporción de ¿No sé cuál es el término correcto?¿animales homosexuales? del mundo", dice Young. "Estoy segura de que a mucha gente le parecerá estupendo y a otra mucha quizá no".

Es una afirmación que se queda corta. Hace dos años, Young decidió escribir un breve artículo junto con otros dos colegas sobre las parejas de albatros hembra. "En el primer artículo tuvimos mucho cuidado de limitarnos a contar sencillamente lo que habíamos visto", explica. "Desde luego, es un tema delicado, con el que hay que tener precaución". Pero la revista que publicó el ensayo, Biology Letters, emitió un comunicado de prensa pocos días después de que el Tribunal Supremo de California legalizara el matrimonio gay. A las seis de la mañana del día siguiente, un periodista de Fox News llamó a Young. Se creó una avalancha de comentarios en los medios, que, según los casos, celebraban los hallazgos de Young como un claro llamamiento a la igualdad o los denigraban, con argumentos como que eran "un ejemplo estúpido de pura propaganda y ciencia selectiva" o "un esfuerzo para humanizar a los animales, rebajar a los seres humanos al nivel animal o promover unos intereses determinados". Muchos señalaron que los animales también violan o se comen a sus crías; ¿tenía que tolerar Estados Unidos que eso también se extendiera sólo porque era "natural"?

Una revista de Denver para padres homosexuales dio la bienvenida a las nuevas lectoras procedentes de "la amplia comunidad de albatros lesbianas que son madres". El senador conservador de Oklahoma Tom Coburn destacó el artículo de Young en su página web, bajo el titular Cómo se utiliza el dinero de sus impuestos, pese a que el estudio de las parejas de hembras no se había hecho con dinero del Estado. Stephen Colbert advirtió en su programa de Comedy Central de que las "albatresbianas" eran una amenaza para los valores familiares norteamericanos con su "agenda safo-aviar". Y un defensor de los derechos de los gays envió un correo electrónico a Young para pedirle que izara una bandera arco iris sobre cada nido de parejas de hembras con el fin de identificarlas y dar muestras de solidaridad.

Un albatros Laysa hembra sólo tiene capacidad física de poner un huevo al año; está hecho así. Sin embargo, ya desde 1919, los biólogos han encontrado de vez en cuando nidos de albatros y otras especies de aves similares con dos huevos en ellos, o con un segundo huevo justo fuera, como si se hubiera salido (es inevitable; no hay espacio suficiente en el nido para dos huevos y un albatros). Nunca habían obtenido una explicación irrefutable.

A principios de los años sesenta, un ornitólogo intentó resolver el misterio explicando que algunas de las aves debían de ser capaces de poner varios huevos. En 1968 hubo un avance real, cuando Harvey Fisher, decano del estudio de los albatros de mitad de siglo, informó sobre siete años de observaciones diarias en 3.440 nidos distintos del atolón de Midway, en medio del Pacífico. Fisher llegó a la conclusión de que "la presencia de dos huevos en un nido es señal de que dos hembras han usado el nido, aunque en distintos momentos". Estaba hablando de la "postura de huevos en nido ajeno", es decir, cuando una hembra inexperta, por ejemplo, pone su huevo por error en un nido que no es el suyo. A partir de entonces, estas nidadas excepcionales se explicaron siempre con ese argumento.

Zaun, que trabaja como bióloga para el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE UU, empezó a estudiar una colonia de Laysas en Kauai 40 años después de que Fisher publicara su ensayo. Se dio cuenta de que algunos nidos contaban con dos huevos año tras año; el reparto de las nidadas mayores de lo normal no era aleatorio, como cabría esperar si la causa fuera sólo la puesta de huevos en nido ajeno. Por un golpe de intuición, a Zaun se le ocurrió recoger plumas de unas cuantas parejas de las que criaban en los nidos de dos huevos y se las envió a Lindsay Young, a quien pidió que extrajera el ADN de las plumas para determinar genéticamente el sexo de las aves. Cuando las pruebas mostraron que todas las aves eran hembras, Young pensó que se había equivocado. Así que volvió a recoger las plumas, con el mismo resultado. Entonces utilizó pruebas genéticas para determinar el sexo de todas las aves de Kaena Point. "Cuando no estaba del todo claro, o me preocupaba haber podido mezclar las muestras, regresaba allí y volvía a extraer sangre para empezar de nuevo", cuenta Young. Al final, hizo la identificación genética del sexo de las aves en su laboratorio cuatro veces, para estar segura. Descubrió que 39 de los 125 nidos de Kaena Point desde 2004 correspondían a parejas de hembras. La conclusión fue que algunas hembras encontraban la oportunidad de copular rápidamente con machos, pero luego incubaban sus huevos -y hacían todo lo demás que hace un albatros en la colonia- con otras hembras.

En los últimos tiempos, varias publicaciones le han pedido que revise de forma confidencial nuevos ensayos de colegas sobre otras especies, en los que se relatan descubrimientos similares. "No puedo decir qué especies", explica, "pero me da la impresión de que, en el próximo año, vamos a ver muchos más ejemplos de esto".

Puede sorprender que los científicos, a veces, no conozcan el verdadero sexo de los animales a los que dedican toda su carrera, que puedan caer en un engaño tipo Tootsie durante tanto tiempo. Pero es fácil olvidar el caos que intentan interpretar en la naturaleza. A menudo, los biólogos tienen que asignar un sexo a un animal observando lo que hace cuando se empareja. Cuando un albatros, o un jabalí, o un grillo, se alza y monta a otro parece claro cuál es el sexo de cada uno. Salvo cuando resulta que no es así.

"En general se sigue dando por supuesta la heterosexualidad", dice el biólogo Bruce Bagemihl. "Se considera que los individuos, las poblaciones y las especies son completamente heterosexuales mientras no se demuestre lo contrario". Aunque éste parezca un punto de partida razonable, Bagemihl dice que es un "sesgo heterosexual" y que ha constituido un obstáculo importante a la hora de comprender la diversidad de las acciones de los animales.

En 1999, Baghemihl publicó Biological exuberance, un libro que reunía un enorme volumen de investigaciones aisladas para demostrar que los prejuicios de los biólogos habían marginado la homosexualidad animal durante los últimos 150 años. Los comportamientos de cortejo entre dos animales del mismo sexo figuraban en la literatura especializada con términos como "falso cortejo" o "seudocortejo", o simplemente "práctica". Un científico interpretó las relaciones homosexuales entre avestruces como "una molestia" que "no cesa". Un hombre que estudiaba las mariposas azules en Marruecos en 1987 lamentó tener que describir "los escabrosos detalles de unos comportamientos morales cada vez más bajos y las espantosas escenas sexuales" que "ya aparecen con demasiada frecuencia" en los periódicos nacionales. Y un biólogo especialista en el carnero de las Rocosas contó en sus memorias: "Todavía me estremezco al recordar al viejo macho D montando una y otra vez al macho S".

"Lo que hizo el libro de Bagemihl", cuenta el primatólogo y psicólogo evolutivo canadiense Paul Vasey, "fue concienciar a la gente sobre el hecho de que esto ocurre en la naturaleza, entre animales. Y que se puede estudiar de forma seria y especializada". Pero estudiarlo en serio significa resolver un interrogante. En la base de la biología evolutiva, desde Darwin, está la idea de que todos los rasgos y comportamientos genéticos que otorgan ventaja a un animal -que le ayudan a tener muchas crías- permanecen en una especie, mientras que los que no sirven para eso desaparecen. Es decir, la evolución mejora poco a poco a cada animal con un solo objetivo: transmitir sus genes. El ornitólogo de Yale Richard Prum me dijo: "Nuestro campo se parece mucho a la economía: tenemos una teoría central, como la teoría del libre mercado, en la que está la mano invisible del mercado que crea orden y todos los productos adquieren exactamente el precio que valen. La homosexualidad es un caso difícil, porque parece infringir el principio fundamental, el de que todo el comportamiento sexual está orientado hacia la reproducción. La pregunta es: ¿por qué va a emprender nadie una actividad sexual que no es reproductiva?". Y mucho menos una actividad que parece claramente contraproducente. Además, si los animales que tienen los genes relacionados con esa conducta tienen menos probabilidades de reproducirse, ¿cómo se las han arreglado para no desaparecer?

Bajo este gran paraguas teórico, la mera existencia del comportamiento homosexual en los animales puede parecer una locura imposible de comprender. La dificultad de ese problema -más que cualquier homofobia implícita o explícita- puede ser la razón por la que, en el pasado, los biólogos han eludido el tema.

En los últimos 10 años, sin embargo, Paul Vasey y otros han empezado a desarrollar nuevas hipótesis basadas en la observación real y prolongada de distintos animales, descifrando las formas que han tenido de evolucionar determinadas conductas homosexuales y el papel que pueden haber desempeñado en la evolución de unas especies concretas. Están surgiendo nuevas ideas sobre cómo encajar esas conductas en el marco darwinista tradicional, incluida la de considerar que otorgan ventajas reproductivas indirectas. Por ejemplo, parece que los machos de la mosca del estiércol montan a otros machos para cansarlos y deshacerse de ellos porque son su competencia ante las hembras disponibles. Los investigadores opinan que los delfines mulares macho, cuando son jóvenes, quizá se montan unos a otros para establecer una relación de confianza y amistad.

Estas ideas, en general, pretenden explicar sólo unos comportamientos concretos en una especie determinada. "Los biólogos desean construir teorías unificadas para explicar todo lo que ven", dice Vasey. "Pero mi impresión es que el comportamiento homosexual no es un fenómeno uniforme. Aspirar a tener una teoría única que explique por qué sucede en todas esas especies puede ser una quimera". Es más; tal vez estamos juntando una gran variedad de conductas basándonos sólo en un parecido superficial. La bióloga de Stanford Joan Roughgarden me sugirió que pensase en que todos esos animales están haciendo "multitareas" con sus partes íntimas.

También es posible que algunos comportamientos homosexuales no ofrezcan una ventaja evolutiva convencional; pero tampoco dan al traste con todo lo que sabemos de biología. Por ejemplo, desde hace 15 años, Paul Vasey estudia los macacos japoneses, una especie formada por monos de 75 centímetros y cara rosada. Ha estudiado casi exclusivamente por qué las hembras se montan unas a otras durante la época de celo. Y ahora dice que conoce la respuesta: "No es funcional", asegura; "esa conducta no tiene ningún propósito visible, desde el punto de vista de la adaptación. Es una consecuencia derivada de otro comportamiento que sí lo tiene, y la fuerza de la evolución, sencillamente, nunca eliminó esa derivación del banco de genes".

La ventaja de estudiar los albatros Laysa es que, como han evolucionado sin depredadores naturales, no tienen ningún instinto de pelear ni salir huyendo; así, uno puede acercarse hasta el ave y agarrarla. Young y Marlene Zuk han solicitado una beca de 10 años de la National Science Foundation para seguir estudiando las parejas de albatros hembra. Una de las primeras preguntas que quieren contestar es cómo consiguen tener huevos fecundados. Normalmente, los albatros rechazan a los pájaros que no son sus parejas. Así que Young está tratando de averiguar si unos machos que llegan a las colonias antes que sus parejas montan por la fuerza a estas hembras o si ellas se prostituyen con los machos en busca de sexo. En temporada, vigila Kaena Point a diario, tratando de observar alguna de esas cópulas ilícitas. Éste era su tercer año allí y, hasta ahora, sólo había conseguido verlo dos veces.

La actividad homosexual se observa con frecuencia en poblaciones animales en las que escasea uno de los dos sexos, tanto en la naturaleza como, sobre todo, en los zoos. Algunos biólogos, desde una perspectiva antropomórfica, llaman a ese fenómeno "el efecto del prisionero". Eso es lo que sucede en Kaena Point: hay menos albatros macho que albatros hembra. Como hacen falta dos albatros para incubar un huevo, dado que se turnan en el nido, cuando una hembra no puede encontrar un macho (o, como dice Young, no puede encontrar "un macho suficientemente bueno") no tiene posibilidades de engendrar una cría y transmitir sus genes. Aparearse rápidamente con un macho que tenga otra pareja y juntarse después con otra hembra soltera para incubar el huevo es una forma de superar esa desventaja.

No obstante, juntarse con otra hembra plantea sus problemas: casi todas las hembras ponen un huevo en noviembre, tanto si está fecundado como si no, y los pequeños nidos en forma de cráter que construyen los albatros en la tierra no tienen sitio más que para un huevo y un ave. Así que Young está tratando de descubrir cómo decide una pareja de hembras cuál de sus dos huevos incubar y cuál arrojar fuera del nido; si es que son las aves las que lo deciden y no es que arrojan el huevo de forma accidental. Desde una perspectiva darwinista estricta, dice Young, "no compensa que un ave incube el huevo de otra, salvo si su pareja va a dejar que el año próximo sea el huevo de la primera el que se incube". Pero seguramente ninguna de las dos aves sabe si un huevo es suyo o de la otra, y mucho menos si está fecundado o no. Un albatros Laysa sólo sabe que tiene que sentarse sobre lo que tiene debajo. "Incuban lo que sea; tengo una foto de una incubando un balón de voleibol", dice Young.

Y éstos no eran más que preámbulos a más preguntas. Cuando el macho de una pareja se ve sustituido por otra hembra, todos los pasos del proceso normal y tradicional de cría de un polluelo parecen presentar, de pronto, un dilema nuevo. A la hora de la verdad, o las reglas que rigen la vida de los albatros están desmoronándose y las parejas lesbianas están poniendo en marcha una serie de conductas alternativas, regidas por otras normas, o la ciencia no ha entendido nunca del todo las reglas de comportamiento de los albatros. Y eso es lo importante para Young: lo que le fascina es la complejidad y aparente flexibilidad de la especie, el rompecabezas que crean las parejas de hembras en Kaena Point con su mera existencia. No está intentando explicar una conducta homosexual. Está intentando explicar el albatros. Y por eso le ha sorprendido tanto la reacción politizada del resto del mundo.

Muchos de quienes se pusieron en contacto con Young tras la publicación de su primer ensayo sobre los albatros suponían que era lesbiana. No lo es. Su marido, asesor biológico, fue uno de los autores del artículo, junto con Brenda Zaun (que tampoco es gay, por cierto). A Young le molestó la idea; no que la considerasen gay, sino que la creyeran una mala científica, porque esas personas parecían pensar que sus investigaciones estaban contaminadas por intereses personales.

Pocos meses después de visitar Kaena Point, dos pingüinos del zoo de San Francisco se convirtieron en el último caso de una tradición de parejas de pingüinos del mismo sexo en cautividad y ocuparon los titulares de todo el mundo. Después de seis años juntos -en los que las dos aves incluso adoptaron a un hijo llamado Chuck Norris-, los pingüinos se separaron cuando uno de ellos se fue con una hembra llamada Linda. El cuidador de los pingüinos en el zoo, Anthony Brown, me contó que había recibido airados mensajes de correo electrónico en los que le acusaban de separar a la pareja por motivos políticos. "En el zoo de San Francisco, los pingüinos toman sus propias decisiones", asegura Brown. Otra pareja de pingüinos macho que adoptaron una cría en el zoo de Central Park, Nueva York, quedó inmortalizada en 2005 en el libro ilustrado para niños And Tango makes three. Según la Asociación Americana de Bibliotecas, desde hace tres años ha habido más peticiones de que se retire And Tango makes three que cualquier otro libro.

Lo que hacen los animales -lo que se considera "natural"- parece tener una extraña fuerza moral: está ahí, es irrefutable, como factor que ayuda a legitimar o denunciar nuestra propia conducta. Durante la era victoriana, las observaciones del comportamiento homosexual en cisnes e insectos se utilizaron para alegar que la homosexualidad en los seres humanos no era moral, puesto que, en los primeros tiempos de la era industrial y el darwinismo, la gente quería dar una imagen más civilizada que la de los "animales inferiores". El mismo razonamiento emplearon los nazis. En el otro extremo, una drag queen australiana conocida como Doctora Gertrude Glossip ha empleado el libro de Bagemihl para crear una guía de visitas al zoo de Adelaida, destinada a gays y lesbianas.

James Esseks, director del Proyecto de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales en la Unión de Libertades Americanas, me contó que nunca ha utilizado datos del comportamiento animal en sus argumentos legales sobre los derechos de los seres humanos. No obstante, aclara, las encuestas muestran que los estadounidenses tienen más probabilidades de discriminar a gays y lesbianas si creen que la homosexualidad es "una opción".

Esseks se ha encontrado con lo que le había parecido desde el principio el problema fundamental: quienes desean discriminar a gays y lesbianas quizá han acorralado a los demás en un debate sobre lo que es "natural" sólo a base de afirmar durante mucho tiempo que la homosexualidad no lo es. Pero dar la menor importancia a si algo es natural o antinatural es una forma de despistar; es imposible saber lo que significan esas palabras, incluso en un contexto puramente científico; Zuk hace notar que los animales no conducen coches ni ven películas y nadie dice que esas actividades sean "antinaturales".

sábado, 8 de mayo de 2010

Gays y Lesbianas sufren más violencia doméstica

* por Araceli Martínez Ortega / Corresponsal de La Opinión

Son vulnerables al abuso, en parte por tener la autoestima baja, revela estudio

SACRAMENTO.— La violencia contra Luis Garrido ( quien pidió cambiar su nombre para no ser identificado), un hombre gay México-americano de 26 años, residente de Los Ángeles comenzó cuando fue violado por su padrastro a los 12 años.

"Mi padrastro no sólo me violó sino que golpeaba mucho a mi mamá y yo veía todo eso. Yo terminé enamorado de él. No fue hasta que él dejó ami mamá por otra mujer que yo le conté a ella todo el abuso", dice.

Más tarde a los 18 años cuando tuvo su primera pareja, su compañero logolpeaba continuamente sin que él metiera las manos, Su segunda pareja no lo abuso pero fue él quien esta vez, confiesa haberlo tratado malsin llegar a los golpes. Su tercera pareja no sólo lo golpeaba porcualquier motivo sino que Luis empezó a responder y ambos terminabangol peándose.

"Tengo un año limpio", precisa.

Un estudio revelado esta semana por el Centro de Política de Salud de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) puso al descubierto que las lesbianas, gays y bisexuales en California tienden a sufrir el doble de violencia doméstica que los adultos heterosexuales.

Específicamente, revela el estudio, el 27.9% de todos los gays y lesbianas han reportado algún tipo de violencia doméstica en sus vidas. Entre los bisexuales, los niveles de agresividad alcanzan el 40.6%. En contraste, sólo 16.7% de los adultos heterosexuales reportan haber sufrido incidentes violentos. El reporte no provee información sobre las causas de la violencia intima entre compañeros de la
comunidad LGBT.

Sin embargo, su autora Elaine Zahnd, socióloga e investigadora de UCLA dijo que puede explicarse debido a varios factores asociados.

"La sociedad ha ido aceptando lentamente todas las orientaciones sexuales. Pero los gays, lesbianas y bisexuales aún enfrentan discriminación en gran número de frentes. Algunos heterosexuales buscan estigmatizar y aislarlos. Esto puede resultar en una baja autoestima y aumentar su vulnerabilidad al abuso", explicó.
El estudio arrojó que un tercio del abuso está vinculado con el uso de drogas y alcohol. "Puede ser para enmascarar el dolor, o se da en situaciones donde hay peleas y agresiones mutuas", observó Zahnd.

Por otra parte, señaló que los individuos gays, lesbianas y bisexuales crecen en hogares heterosexuales donde puede que no tengan un modelo a seguir para una relación sexual sana.

Garrido es un reflejo de todos los factores enumerados en el estudio de UCLA. No tuvo un buen ejemplo a seguir en su hogar, creció en un hogar violento, y fue golpeado y golpeó en un ambiente de abuso de drogas.

Para Garrido, el abuso entre los miembros de la comunidad gay se da mucho porque "tenemos la autoestima muy baja y la falta de seguridad nos hace ser muy celosos.

En el estado sólo hay 3 organizaciones LGBT que reciben fondos del gobierno del estado para ayudar a víctimas sobrevivientes de violencia doméstica. En San Francisco, Community United against Violence; en San Diego, el Gay and Lesbian Center y en Los Angeles, el centro Gay and Lesbian.

Para Susan Holt, gerente de los servicios de salud mental del Centro de Gays y Lesbianas de Los Ángeles el principal factor que hace diferente la violencia doméstica entre las parejas del mismo sexo es la falta de servicios específicos de apoyo. "Incluso a nivel nacional hay muy pocos y no hay un solo albergue. Sólo en Boston hay un refugio para hombres gays", comentó.

Agregó que a diferencia de la violencia entre las parejas heterosexuales donde el hombre es en el 90% de los casos el abusador, entre las parejas del mismo sexo es 50%-50% entre ambos miembros. "Se maneja mucho el término de que golpearon en defensa propia", explicó.

Un segundo factor que no ayuda es la homofobia institucionalizada e internalizada en el sistema de reportes de abuso. Victor Martínez portavoz de Bienestar, la agencia hispana de ayuda a miembros de la comunidad LGBT con HIV y Sida opinó que debido al estigma y homofobia, los casos de violencia doméstica no se reportan.

"Hay temor de llamar a la Policía por la homofobia y porque para muchos implicaría salir del closet. La otra cosa es que las agencias LGBT no están sensibilizadas para ofrecer consejería sobre la violencia doméstica mucho menos en español", opinó.
"Lo que tenemos que hacer es seguir con una campaña contra la homofobia sino estos casos seguirán sin reportarse y no habrá recursospara atenderlos", consideró.

De acuerdo a la autora del reporte se requiere una mayor investigación para explicar las altas tasas de violencia entre la comunidad gay. "Esperemos que conduzcan a esfuerzos de prevención", indicó.

El año pasado, el gobernador Arnold Schwarzenegger autorizó una ley que entró en vigor este año y la cual garantiza cierto acceso a servicios de violencia doméstica para los sobrevivientes de la comunidad gay, lesbiana, bisexual y transgénero.

Geoff Kors, director de la organización California por la Igualdaddeclaró entonces que aunque la tasa de violencia doméstica entre lasparejas del mismo sexo es equivalente a la que se da entre parejasheterosexuales, los recursos disponibles para los sobrevivientes de LBT son mucho menores.

Para obtener fondos para los centros de violencia doméstica de la comunidad gay, la nueva ley autoriza cobrar $23 a cada pareja que se registra y unen como compañeros domésticos.

"Es un primer paso muy pequeño porque se necesitan leyes más especificas que asignen más recursos para educar y prevenir la violencia doméstica entre las parejas del mismo sexo", opinó Holt.

Los sorpresivos datos sobre la violencia doméstica entre gays, lesbianas, bisexuales y trangéneros fueron el resultado de un amplio estudio de UCLA que arrojó que en California casi cuatro millones de adultos reportaron haber sido víctimas de violencia sexual o física de parte de su esposo o compañero.

http://www.impre.com/laopinion/noticias/la-california/2010/5/8/los-gays-sufren-mas-la-violenc-187530-1.html

domingo, 2 de mayo de 2010

Mithly': una revista que libera de la mordaza a los gays marroquíes

por TRINIDAD DEIROS para Publico.es

El mensual Mithly' es la primera publicación impresa dirigida al público homosexual en todo el mundo árabe y musulmán

Haram: pecado; h' shuma: vergüenza; zámel: maricón.

Al estigma que rodea aún a la homosexualidad en Marruecos no le faltan etiquetas. Tampoco herramientas de represión de todo tipo, entre las que destaca una: el artículo 489 del Código Penal, que castiga con penas de entre seis meses y tres años de cárcel los "actos licenciosos o contra natura con un individuo del mismo sexo".

Obligados al silencio por un Estado y una sociedad que, sin embargo, toleran a los gays mientras mantengan las apariencias, los homosexuales marroquíes se han quitado la mordaza. A principios de abril se difundió la primera revista gay impresa en un país árabe y musulmán. Su nombre es Mithly.

"Mithly es un juego de palabras en árabe que significa gay, pero también yo mismo. Esta palabra la inventaron homosexuales árabes de Estados Unidos y es el primer término en nuestra lengua que define a los gays de un modo neutro, sin connotaciones peyorativas", explica Samir Bargachi, el director de la revista.

Bargachi, de 23 años, es también el secretario general de Kif Kif (De igual a igual), la primera asociación marroquí de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB). En esta asociación con sede en España, que despierta constantemente las iras de los integristas marroquíes, surgió en 2009 la idea de crear un medio de comunicación impreso que permitiera a los homosexuales marroquíes, hombres y mujeres, tener una voz propia que contrarrestara la imagen distorsionada que gran parte de la prensa del país ofrece de esta orientación sexual.

"Se nos presenta como unos desviados, como un peligro. La visión que se ofrece de los homosexuales es muy negativa", explica Bargachi: "De ahí la necesidad de tener un medio de comunicación".

El principal medio de difusión de Mithly es, de momento, su web, donde se pueden descargar las 19 páginas de la publicación, cuya periodicidad es mensual, en formato PDF. En un esfuerzo por dar a conocer la revista, Kif Kif ha distribuido de forma clandestina unos 200 ejemplares del primer número de la revista en papel en cuatro grandes ciudades marroquíes. Algo que ha enfurecido especialmente a los integristas.

"Un sufrimiento enorme"

Los contenidos de Mithly cuyo primer número está en árabe pero que tiene vocación de publicación bilingüe en árabe y francés, se centran en los asuntos de especial interés para los LGTB, como la prevención contra el sida o la cultura homosexual, aunque también hay reportajes generalistas. La web de la revista ofrece también un consultorio psicológico y otro legal, dirigido por un psicólogo y un abogado, en el que los gays y lesbianas pueden hacer preguntas y ofrecer sus testimonios de forma "confidencial", garantiza Bargachi. Unas historias cuyo denominador común es un "enorme sufrimiento" que, en ocasiones, acaba en suicidio.

"El número de mayo de Mithly, que saldrá con 30 páginas, tratará el tema del suicidio de los homosexuales", explica el director de la publicación. Aunque no existen estadísticas sobre los gays que deciden acabar con su vida, Kif Kif ha llevado a cabo una encuesta en lugares clásicos de reunión de la comunidad homosexual de Casablanca, como el Café de France. Los resultados son elocuentes: "el 30% de los entrevistados se había planteado el suicidio", deplora Bargachi.

Además de su director, cuatro personas componen la redacción permanente de Mithly, en la que trabajan de forma voluntaria. Mourad es el nombre ficticio de uno de ellos. Como sus compañeros, este joven intenta decirle a los homosexuales de su país que "no son unos enfermos". En Marruecos, aún hay clínicas que prometen "curar" la homosexualidad.

Desde la independencia del país, en 1956, más de 5.000 personas han sido juzgadas en virtud del artículo penal que criminaliza la homosexualidad, según Kif Kif. Aunque no todos han ido a prisión, en los últimos años se han dado varios episodios de arrestos colectivos de homosexuales. Uno de los más sonados fue en 2007, cuando seis personas fueron detenidas en Alcazarquivir, al norte del país, acusados de haber participado en una boda gay. Los seis cumplieron entre cuatro y diez meses de cárcel.

Salir del armario en un contexto semejante "no es una opción". Mourad explica a Público que, en las páginas de Mithly, se recomienda a los homosexuales que sean discretos, pero sin olvidar que su orientación no tiene "nada de anormal". También se trata de despejar las dudas planteadas por los escrúpulos religiosos y "el maltrato al que el islam somete a los homosexuales", lamenta Mourad.

El trabajo de sensibilización de Kif Kif no se limita a Mithly. La organización emite también un programa de radio a través de Internet, que está teniendo "un gran éxito", se congratula Samir Bargachi. Kif Kif ha abierto una línea teléfonica donde se pueden dejar preguntas para el consultorio del programa. De momento, Mithly ha conseguido reactivar el debate público sobre la libertad individual y la homosexualidad en Marruecos. Un ejemplo ha sido la portada del número de esta semana de la revista Actuel, cuyo titular es: "Homosexuales, ¿por qué tanto odio?".