por Julián Povedano para ElMundo.Es
"22 de septiembre de 1964, su madre fallece a las 12:30 del medio día...". Así comienza el libro 'Bob's World' ('El Mundo de Bob'), y no es casual, puede que también así comience la vida del fotógrafo. Por aquel entonces Bob tenía 42 años, y todo cambió.
"22 de septiembre de 1964, su madre fallece a las 12:30 del medio día...". Así comienza el libro 'Bob's World' ('El Mundo de Bob'), y no es casual, puede que también así comience la vida del fotógrafo. Por aquel entonces Bob tenía 42 años, y todo cambió.
Robert Henry Mizer, o Bob, fue un pionero tardío. Fotógrafo y cineasta norteamericano de temática gay, dedicó los primeros 24 años de su carrera al desnudo masculino desde su objetivo más conservador y puritano, siempre rondando, pero nunca cruzando, la línea entre el erotismo y la pornografía, insinuando, pero sin ofrecer nunca un desnudo integral. Hasta que Delia falleció.
Delia Mizer, su madre, tenía una casa de huéspedes en un barrio de Los Ángeles, no de los mejores. Allí trabajaban ella y Bob, compartiéndolo todo. Bob ayudaba en el motel de nueve habitaciones en el que ambos vivían, y Delia echaba una mano a su hijo en sus sesiones fotográficas. A pesar de que nunca llegó a aprobar las tendencias sexuales de Bob, Delia cedió ante el trabajo de su hijo por el dinero que obtenía, eso sí, siempre respetando unos estrictos límites.
Así, Mizer trabajaba haciendo fotografías y rodando películas para su 'Athletic Model Guild' y su publicación 'Physique Pictorial', la primera revista explícita gay en una Norteamérica que salía de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Utilizando siempre el blanco y negro y el manto de 'arte', Bob esquivó la censura y floreció en el negocio. Hombres salidos de lo más negro de las calles, buenos chicos con buenos cuerpos, amigos suyos, gente conocida o sin experiencia... El propio Arnold Schwarzenegger, hoy gobernador de California, posó para él en su mejor momento, allá por 1975.
La muerte de su madre fue punto de inflexión
Con la muerte de Delia los límites se acabaron. Bob Mizer se desató. No lo dudó. Dejó a un lado los velos y las sugerencias y se adentró en un mundo de instintos, aquel retenido en su interior por las estrictas normas de su madre, a la que siempre respetó.
De esta segunda época, de esta etapa de ruptura de fronteras, de eclosión interna, de locura visual y a todo color, data este nuevo libro (acompañado por un DVD de una hora con sus películas rodadas entre 1958 y 1980), un 'Mundo de Bob' que, en sus 288 páginas de gran formato, editadas por Taschen, muestra más de 250 de estas fotografías en las que aparecen modelos de toda clase y condición (pero siempre de buen ver) presumiendo de atributos ante la cámara de un Bob Mizer que parecía querer encontrar, con un ansia febril, un nuevo horizonte para su mundo redescubierto, para su pionero imperio de erótica gay.
Así, Mizer trabajaba haciendo fotografías y rodando películas para su 'Athletic Model Guild' y su publicación 'Physique Pictorial', la primera revista explícita gay en una Norteamérica que salía de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Utilizando siempre el blanco y negro y el manto de 'arte', Bob esquivó la censura y floreció en el negocio. Hombres salidos de lo más negro de las calles, buenos chicos con buenos cuerpos, amigos suyos, gente conocida o sin experiencia... El propio Arnold Schwarzenegger, hoy gobernador de California, posó para él en su mejor momento, allá por 1975.
La muerte de su madre fue punto de inflexión
Con la muerte de Delia los límites se acabaron. Bob Mizer se desató. No lo dudó. Dejó a un lado los velos y las sugerencias y se adentró en un mundo de instintos, aquel retenido en su interior por las estrictas normas de su madre, a la que siempre respetó.
Ahora, su casa de huéspedes se convirtió en su particular Mansión Playboy, y los 'conejitos' de este "Hugh Hefner de la industria editorial gay" vivieron en sus habitaciones, en sus patios y jardines tendidos en sofás, junto a pollos, cabras, monos, árboles de navidad, ruedas de carromato y toda la parafernalia que Mizer imaginaba para ambientar sus fotografías y vídeos.
Brincando, sobre motos, atizando un saco de arena, en el agua, luchando, encadenados, desparasitados por monos, vestidos de cowboys, azotados o en alta mar... sus modelos hacían realidad todas las fantasías de Mizer, y sus seguidores, cuyos ojos parecían insaciables.
De esta segunda época, de esta etapa de ruptura de fronteras, de eclosión interna, de locura visual y a todo color, data este nuevo libro (acompañado por un DVD de una hora con sus películas rodadas entre 1958 y 1980), un 'Mundo de Bob' que, en sus 288 páginas de gran formato, editadas por Taschen, muestra más de 250 de estas fotografías en las que aparecen modelos de toda clase y condición (pero siempre de buen ver) presumiendo de atributos ante la cámara de un Bob Mizer que parecía querer encontrar, con un ansia febril, un nuevo horizonte para su mundo redescubierto, para su pionero imperio de erótica gay.
'Bob's World: The Life and Boys of AMG's Bob Mizer'. Editorial Taschen, 2009. Editor y autor: Dian Hanson. 288 páginas.
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