lunes, 23 de agosto de 2010

El matrimonio igualitario rompe su última barrera en los Estados Unidos

por ROBERTO ARNAZ / Publico.es

En 1911, el senador republicano de Georgia Seaborn Roddenberry impulsó una enmienda constitucional que prohibía el matrimonio inter-racial en Estados Unidos. En su alegato ante el Congreso, Roddenberry calificó las uniones entre blancos y negros como "repulsivas y contrarias al espíritu americano, además de destructivas para la supremacía moral".

Durante casi cuatro décadas, enamorarse y casarse con una persona de distinto color fue un delito castigado con penas de hasta 25 años de cárcel. Por eso, cuando en 1948 California se convirtió en la primera región estadounidense en legalizar los matrimonios interraciales, los habitantes del resto de estados se echaron las manos a la cabeza ante tal aberración. El 90% de los ciudadanos del país era contrario a los matrimonios mixtos. Desde aquel mismo instante, el porcentaje de opositores se fue diluyendo a ritmo de un punto porcentual por año, hasta que en 1991 se convirtieron en minoría. Hoy, casi el 5% de los matrimonios del país, aproximadamente 2,7 millones, son de diferente raza. Una evolución similar se está viviendo actualmente con las uniones entre personas del mismo sexo.

A lo largo de los años, los defensores de la prohibición de los matrimonios homosexuales han utilizado argumentos similares a los de Roddenberry para frenar su legalización en los 45 estados del país en los que aún no se permiten estas uniones. En 1988, el General Social Survey preguntó por primera vez a los estadounidenses si los gays deberían tener derecho constitucional a casarse. La respuesta fue un no rotundo. Sólo uno de cada diez encuestados estaba a favor de que los homosexuales pudieran pasar por el altar.


La balanza ha tardado 22 años en cambiar de lado. Según una encuesta realizada por la CNN la pasada semana, ahora el 52% de los estadounidenses se muestra de acuerdo con que la Constitución ampare el derecho de las parejas del mismo sexo a contraer matrimonio. El catalizador de esta revolución arcoíris ha sido de nuevo el estado de California.

La decisión del juez Federal de San Francisco Vaughn Walker de considerar inconstitucional y discriminatoria la Proposición 8, que desde hace dos años impide los matrimonios homosexuales en el estado, ha provocado un cambio de tendencia en la opinión pública estadounidense. "Normalmente, las decisiones de los tribunales son una predicción de cómo se comportará la opinión pública en los próximos años", señala Brian Powell, profesor de sociología de la Universidad de Indiana y autor del libro Relaciones homosexuales y la definición americana de familia.

El de Walker ha sido el último gran movimiento en una larga batalla legal entre defensores y detractores de las bodas entre personas del mismo sexo, que se remonta al año 2000, cuando un 61,3% de los electores aprobó en las urnas la Proposición 22. Esta iniciativa modificó el código civil del estado al restringir la definición de matrimonio a un enlace que se produce sólo entre un hombre y una mujer. Hasta 2008, cuando las diferentes cortes de apelaciones optaron por mantener la prohibición a esas bodas a través de la Proposición 8. Sin embargo, durante ese periodo, el porcentaje de aceptación pública de las bodas gays creció más de un 20% en todo el país.

La fuerza demográfica

"Si la tendencia continúa, en 2014 una amplia mayoría de la sociedad apoyará los matrimonios entre personas del mismo sexo", asegura Patrick Egan, profesor de política en la Universidad de Nueva York y analista de Pollingreport.com. A pesar de todo, Egan, que ha analizado todos los sondeos de opinión desde 1988, reconoce que un apoyo masivo "no siempre implica un cambio político inmediato", aunque reconoce que, tradicionalmente, "las fuerzas demográficas y culturales han acabado por provocar los cambios".

Cada día, los medios estadounidenses hacen más evidente la evolución de su sociedad. Un ejemplo es la televisión. Cuando en 1997 Ellen DeGeneres besó a Laura Dern en la serie Ellen, se desató una enorme polémica que llevó a la actriz a desaparecer de la esfera pública una temporada. Trece años después, DeGeneres es una estrella de los talk-shows adorada por millones de personas que se pasea junto a su esposa Portia de Rossi. Además, un buen número de series con temática homosexual, como Glee o Modern Family, se encuentran entre las favoritas para alzarse con un premio Emmy, el Oscar de la televisión, a finales de este mes.

Según Suzanne Golberg, profesora del Centro para el Género y la Sexualidad de la Universidad de Columbia (Nueva York), la tendencia que se está viviendo en EE UU es muy similar a la que se vive en otros países, especialmente entre los jóvenes. "Cuanta más gente vive su homosexualidad de manera abierta, los temores de que el mundo se vaya a terminar por la aprobación del matrimonio gay se evaporan de la opinión pública", asegura la docente.

De momento, los matrimonios homosexuales sólo son legales en Massachusetts, Connecticut, Vermont, Iowa, New Hampshire y en el Distrito de Columbia. Los investigadores de la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) estiman que más de 100.000 parejas homosexuales esperan la decisión del Tribunal Federal de Apelaciones, el próximo 6 de diciembre, para pasar por el altar en California.

Sin embargo, algunos activistas no han podido esperar y se han dado de bruces contra la realidad: el pasado jueves, 13 personas fueron detenidas por disturbios en los juzgados de San Diego cuando se le negó la licencia de boda a dos parejas gays que habían acudido a los juzgados, a pesar de la prohibición, para contraer matrimonio.

"Lo justo acabará triunfando"
Mónica Trasendes. Alianza Gay y Lésbica de California

  • ¿Cómo ha sentado en la comunidad gay la moratoria en los matrimonios impuesta por el Tribunal de Apelaciones?
Muchas parejas están tristes porque pensaban que se podrían haber casado el miércoles pasado. Ahora, tendrán que esperar hasta diciembre.
  • ¿Qué cree que sucederá el seis de diciembre?
Somos optimistas y creemos que, si no es la Corte de Apelaciones, el Tribunal Supremo dirá que es inconstitucional dejar que se violen los derechos de un grupo. Históricamente sabemos que lo justo es lo que acaba triunfando en este país.
  • La sociedad estadounidense tiene fama de conservadora, ¿cree que está preparada para el matrimonio homosexual?
Las encuestas muestran que, por primera vez, la mayoría de los ciudadanos está a favor. La sociedad se ha dado cuenta de que es algo privado entre dos personas que se quieren y que no afecta a nadie más.
  • ¿Cómo ha evolucionado la opinión pública en los últimos años?
Hemos vivido momentos de progreso, pero en los últimos años también otros de retraso. Decisiones judiciales como la del juez Walker ayudan a que la opinión pública evolucione.
  • ¿Cree que los medios han tratado el tema con objetividad?
La cobertura ha sido muy buena. Los medios se han esforzado por mostrar las parejas y preguntarles directamente. Así, el público puede aprender quiénes somos. Es la única manera de que desaparezcan los prejuicios.
  • Algunos medios han criticado al juez Walker por su homosexualidad.
Cuestionarle por su orientación sexual es como decir que un magistrado hispano nunca puede decidir en un juicio que tenga que ver con un latino o una jueza en un caso que implique a otra mujer.

"Los gays sólo buscan el placer" Jordan Lorence. Abogado del ‘lobby’ antigay
  • ¿Está contento tras la decisión de la Corte de Apelaciones?
El tribunal hizo lo correcto. La sentencia del juez Walker fue un acto radical. Ha actuado por encima de la Constitución.
  • ¿Cree que la decisión final llegará al Supremo?
Primero se pronunciará la Corte de Apelaciones, y estamos convencidos de que mantendrá las uniones paralizadas hasta que el Supremo decida.
  • ¿Por qué se debería mantener la prohibición?
Los matrimonios entre personas del mismo sexo van contra la familia. Si se aprueban, ¿por qué no legalizar la poligamia? El argumento es el mismo. Sería muy destructivo para la sociedad. Cuando juntas a un hombre y una mujer, el fruto son los hijos. Las relaciones homosexuales no producen, sólo buscan satisfacción. Es la deconstrucción del matrimonio.
  • Pero ¿está de acuerdo con estas uniones, siempre que no se denominen matrimonio?
Sí. Un matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer, y eso es lo que dice la Constitución. Cualquier otra cosa es un experimento arriesgado que algunos países, como España, han puesto en práctica sin pensar en las consecuencias.
  • ¿Considera que el juez Walker ignoró el voto del 52% de los californianos con su decisión?
Desde luego. Consideró que llamarlas uniones civiles no era suficiente y que nuestra propuesta discriminaba al colectivo gay. Ha abusado de la ley para imponer su propia voluntad. Es un ejemplo de activismo judicial.
  • Walker ha reconocido su homosexualidad. ¿Cree que ha influido en su postura?
Lo que cada uno haga en su vida privada es algo personal. Nunca hemos cuestionado al juez por su orientación sexual, sino porque ha ignorado la Constitución.

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